Según estimaciones, en la actualidad existen a nivel mundial
más de 175 millones de migrantes internacionales, lo cual significa que uno/a
de cada 35 habitantes entra en dicha categoría, incluyendo personas refugiadas
y otros/as migrantes internacionales.
Se calcula que en 1960 las mujeres conformaban el 47 por
ciento de cada 100 migrantes que vivían fuera de su país de origen. Desde
entonces, de la totalidad de migrantes internacionales, la cantidad de mujeres
ha aumentado levemente hasta el 49 por ciento en el año 2000 (OIT 2003).
La migración interna en la India y China combinadas supera
la migración internacional total en todo el mundo. Hay algunas evidencias de
que la migración interna general está aumentando, como también la interna de
mujeres (Deshingkar 2005).
La migración puede ser voluntaria cuando las personas migran
en busca de una vida mejor o para reunirse con sus familiares; o puede ser
forzada si la gente es desplazada a causa de los conflictos o por haber sido
traficada. A menudo, la decisión de migrar radica entre ambas situaciones y se
toma en respuesta a una combinación de presiones ya sea para permanecer en el
mismo lugar o mudarse a otro. Las relaciones de género juegan un papel en estas
presiones y en las decisiones subsiguientes.
La migración tiene impactos potencialmente positivos o
negativos, tanto en la igualdad de género como en el desarrollo. Esta Colección
presenta una gama de materiales que exploran las conexiones entre la migración,
el género y el desarrollo, como también lo que se puede hacer para mitigar los
riesgos implicados en la migración y fomentar los efectos positivos de ésta.
Más que textos académicos, se han seleccionado materiales prácticos que
sugieren reflexiones y lineamientos para la acción.
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